miércoles, 13 de mayo de 2009

Chomsky dixit

“La escuela debe comprometer a los estudiantes en la práctica de la democracia; sin embargo para lograr eso, tiene que dotar a los alumnos de instrumentos críticos que les permitan extraer el contenido ideológico de los mitos”.

Parece que está claro, la educación que se recibe actualmente, no tiene que ver nada con la que sería procedente en una sociedad tan “plural, moderna, libre y democrática” como la nuestra. Chomsky dentro de su postura radical y agresiva contra el sistema, endurece considerablemente el tono de sus apreciaciones cuando el tema central es la democracia, que para él no existe, ya que si así fuese no haría falta que nos la vendiesen continuamente como la panacea de la que todos los ciudadanos disfrutamos gracias a la “suerte” que tenemos de convivir en un mundo donde después de enseñarnos con tópicos el valor de ser democráticos(ò demócratas, que está de moda), no somos realmente libres para ponerlo en práctica, ya que no se nos proporcionan los medios adecuados para ello, no se nos enseña para poder decidir, sino para que las decisiones y posturas que adoptemos sean las que mejor le viene al poder, para lo cual recibimos casi del mismo modo que las sectas malignas que todos sabemos que existen, una pobre formación e información intencionadamente dirigida, para motivar en nosotros otros intereses y otros asuntos de preocupación distintos a los que sería lógicos, ya que estos según se nos enseña y repite continuamente, no son motivo de preocupación, porque en el tema de la democracia “estamos bien servidos”.
Como casi siempre cuando se trata de Chomsky se percibe gran alarmismo, ante lo que es una situación real, pero no irremediable, ya que cada vez más, las personas entendemos mejor las situaciones aunque vengan maquilladas o disfrazadas interesadamente y cada vez más hay menos miedo, en denunciar y descubrir las mismas.
No es lo más conveniente vivir como hace 40 años en un ambiente hippy de continua protesta y de abandono de responsabilidades, como tampoco lo es el seguir ciegamente las rutas donde nos encontramos (dejarnos llevar, es lo más fácil) que nos conducen a ser todos modélicos ciudadanos reconvencidos y seguidores de la democracia de cartón que se nos inculca. Como casi siempre, la clave es el equilibrio, ni ir por sistema en contra de lo que se nos ofrece (como Chomsky y “sus secuaces”), ni dejarse seducir por cantos de sirena vacíos de interés común, hay que ser crítico con lo que se tenga que ser y apoyar lo que se realice con buen criterio y buenas intenciones.

6 comentarios:

  1. Estoy un poco con el Chomsky, en cuanto a lo de la democracia. Se nos llena la boca. Parece que como tenemos derecho a votar, ya tenemos bastante. Y luego miras y nos falta de todo en cantidades abundantes: La Justicia es para los ricos y así cantidad de cosas que se perciben y que no puedes cambiar por más que quiera el pueblo. Buen post, Amadeo.

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  2. ¿Que otro sistema es mejor que la democracia? ¿La dictuadura? Lo que hace mejor o peor a la democracia no es el propio sistema, sino los ciudadanos. Si no somos críticos con los que dirigen nuestra sociedad, no sirve de nada. Los hippies, a base de reclamar consiguieron bastantes cosas que hoy nosotros vemos normal y que antes eran surealistas. Lo que no puede ser es que, basándonos en nuestra ideologia o creencia estemos siempre de acuerdo con los líderes a quien votamos y quien nos dirigen. Hoy en día hay suficiente información para escuchar varios puntos de vista y ser autocríticos y estar en desacuerdo con ellos. Si simplemente nos limitamos a votar a un determinado partido político lo hagan bien o mal, no tenemos derecho a quejarnos.

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  3. Hola Froilán y Anónimo. El pueblo es el que paga los platos rotos del desmadre político, judicial e institucional que nos muestran los medios de información todos los días. Cada uno lo pinta de un color y luego cada uno ya decide quien lo hace peor (que no mejor). Un saludo desde Sagunto.

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  4. Vamos aver, estoes un tema peliagudo, que si fuera por mi, estaríamos horas debatiendo.

    Se nos llena a todos la boca cuando hablamos de Democracia, y no digo que no lo estamos, pero hasta cierto punto.

    Cuando votamos, lo hacemos a listas cerradas de los partidos, por lo que nuestro poder decisional es entre comillas. Además, siempre votamos por lo que nos transmite el cabeza de partido, pero no tenemos en cuenta (porqué no lo sabemos a priori) quienes serán sus ministros, que al fin y al cabo son los que realmente gobiernan, administrando y gestionando las diversas carteras.

    No quiero dejar de señalar, que el poder, la mayoría de las veces corrompe o te hace perder el norte, por lo que sería bueno limitar la legislatura a solo dos cuatrienios, obligando al partido gobernante, si saliese elegido por tercera vez, a cambiar su gabinete al 100%.
    Eso sí, no vale mover a los mismos de una cartera a otra.

    Y en cuanto a la Democracia, por desgracia no todos ejercen su derecho a tenerla, porque a mucha gente le cuesta tomar partido por algo.

    A veces hay que elegir entre blanco y negro, y tenemos que ser valientes y consecuentes con nuestra decisiones.

    Coincido con el anónimo, que una hecha la elección, debemos hacer un seguimiento, y si hace falta, criticar o discutir cualquier decisión que no estemos de acuerdo. Nada de limitarno a callar.

    Saludos.

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  5. Si señor, acción y crítica contra los desmadres, las incompetencias y los abusos. gracias por tu comentario Carlos. Saludos para ti también.

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  6. La democracia como idea es la mejor idea desde la invección de la rueda, pero claro tal y como se ha llevado a la práctica ha sido bastante defectuosa.

    Un saludo

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