martes, 19 de mayo de 2009

El árbol de los amigos

Este texto lo leyó uno de mis buenos amigos, Jose, en la boda de Luis. La excelente elección para acompañar a su amigo en ese día tan especial es una obra de Jorge Luis Borges.

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.

También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.

Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.

5 comentarios:

  1. Bonito texto.

    Oye, ¿qué pasa con tus amigos? ¿Todos leen en las bodas?

    Yo quiero asistir a una de esas... jejeje

    Un abrazo Amadeo.

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  2. Hermoso texto de Borges, y especial para ser leído en una ceremonia nupcial.
    Un abrazo.

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  3. Jejejeje....a muchas bodas vas tu....

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  4. Coincido con Rudy es un hermoso texto para una boda o cualquier apto interesante de la vida :)

    Un saludo

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  5. Hola Juanjo, Rudy, Carlos y Pharpe gracias por pasaros por aquí. Mis amigos, entre los que estáis vosotros, son todos amantes de la buena letra. En las bodas siempre se saca lo mejor de uno mismo para rendir homenaje a los novios y yo la verdad es que acudo a varias bodas al año porque la gente con la que me relaciono está en edad de pasar por el altar (el que no puede remediarlo, je, je, je...). Un saludo desde Sagunto a los cuatro.

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