lunes, 18 de mayo de 2009

Lo que el fútbol ha unido que no lo separe el hombre (ni la mujer)

Esta es la carta que mi buen amigo Carlos, le leyó a mi otro buen amigo Luis en la ceremonia de su boda el sábado pasado. Al aire libre, en un inmejorable escenario, un torrente de sentimientos atravesaron el alma de los allí presentes a través de esta historia futbolera. Yo que conozco de primera mano a dos los protagonistas, doy fe de su pasión por el fútbol y de lo buena gente que son. La lectura de este texto y su contenido les honra a los dos.




A Luis Monreal, a quien tanto le debo.

LA VIDA SEGÚN EL FÚTBOL

Cada uno entiende la vida como sabe o como puede, hay quien se la toma demasiado en serio y hay quien se la toma a risa, y hay a quien le gusta interpretar la vida desde el punto de vista de la pasión .

En ocasiones, podríamos concebir la vida como una concatenación de partidos de fútbol. De este modo, cada día es un partido, y partidos hay muchos y el resultado de éstos depende de muchos factores. A veces nos encontramos pletóricos física y anímicamente y jugamos ante nuestra afición en un césped espléndido y tan bien cuidado, que nos permite un juego directo y fácil , que nos hace elaborar jugadas perfectas, llegar con claridad al área rival y ganar por goleada, saboreando el placer de la victoria y pensamos que la “liga” no va a ser sino un camino de rosas.

Pero no siempre es así, a veces nos toca jugar fuera de casa ante grandes rivales, y no acabamos de interpretar las instrucciones de nuestro entrenador, a veces pecamos de egoístas y hacemos un último regate antes de dársela a un compañero, a veces jugamos en terrenos de juego embarrados y sentimos como nos pesan las piernas, y que por más que corremos no alcanzamos el balón, a veces nos desesperamos viendo como nuestros rivales hacen inútiles nuestros esfuerzos, a veces sentimos que nadie nos quiere pasar el balón y experimentamos la soledad del portero al que le acaban de señalar un penalti, en definitiva , a veces se pierde un partido y luego otro, y otro y dejamos de oír a nuestra afición y nos hundimos deseando no volver a jugar nunca más.......pero es en ese momento donde sale a relucir la esencia del fútbol, y por ende de la vida, es aquí donde aparece ese concepto mágico que nos devuelve la ilusión y las ganas de jugar de nuevo, esa fuerza que nos convierte en invencibles: el equipo, los compañeros....los amigos.

Puede que no lo sepas, pero fuiste tú quién me enseñó que el mejor remedio contra un gol es coger rápidamente el balón de la red y sacar de centro...y seguir jugando, fuiste tú quién me enseño que cada mañana nos tenemos que poner las espinilleras y calzarnos las botas, apretar los dientes...... y jugar, pase lo que pase, jugar...que con trabajo los resultados llegan. Fuiste tú quién me enseñó que al fútbol se juega con la cabeza alta, porque es así como puedes ver donde están tus compañeros en cada momento, y que de tanto en tanto, hay que levantar los brazos y gritar para que ellos sepan que tú también estás ahí, para sacudirles la presión y empezar otra jugada y que hay que pedir siempre el balón, pues como tú siempre dices : mientras tengas el balón en tu poder nunca te meterán un gol.

Como futbolista eres muy técnico, como amigo inmejorable, como persona un crack, un auténtico Balón de Oro. Nunca estás en fuera de juego y siempre despliegas un juego elegante y noble, un fútbol de alta escuela, del que gusta a los compañeros y encandila a la afición. Pichichi de tus amigos y Zamora de tus enemigos, con ese carácter tan jovial y socarrón que hace que continuamente, le tires caños a la vida, y que burles a la mala suerte con un autopase. De las situaciones comprometidas, siempre has salido de rabona, y te mueres por conseguir un gol olímpico desde el corner del cariño.

Personalmente nunca podré olvidar aquel Hat-Trich que tú y yo sabemos, de la misma manera que nunca sabré como agradecerte todos tus pases al hueco, todas tus asistencias de gol, tu desmarques y tus centros de banda a banda , así como los despejes, regates y demás piruetas que han hecho que cada día, me guste más jugar a este fútbol que es la vida.

Para terminar solamente decirte que te deseo y te auguro una trayectoria plagada de títulos, y que cuando el arbitro de la vida, aplicando el oportuno descuento, entone el pitido final, te des cuenta de que has ganado muchos partidos y de que tus compañeros siempre han estado a tu lado, gracias por todo lo que has hecho, gracias por ser como eres, y , sobre todo, gracias por haber jugado siempre en mi equipo.




Carlos Ordaz Girbés.

3 comentarios:

  1. Amadeo, nunca pensé que de esa palabra, "futbol" pudiera salir tan buena masa, una carta auténtica, para recortar, para recordar.
    Me ha encantado. Un saludo

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  2. Qué bonito... Felicita a Carlos de mi parte...

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  3. Hola Juanjo y Froilán, a los que estábamos presentes nos gustó mucho. Es difícil combinar un deporte con los sentimientos, en un texto y con tanto arte. Un saludo desde Sagunto.

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